Si ve a las Siete Hermanas, eso significa que Venus está llegando.
Esta semana, el segundo planeta (visto desde el Sol) pasará directamente frente al cúmulo de estrellas denominadas Pléyades. Se trata de una rara conjunción que tiene lugar al atardecer y que es fácil de encontrar a simple vista, pero que se aprecia mejor a través de los binoculares o de un pequeño telescopio.
La acción comenzará al atardecer del lunes 2 de abril, cuando Venus ingrese a las inmediaciones del pequeño asterismo con forma de cucharón. Cuando se ponga el Sol, mire hacia el Oeste y encontrará a Venus (luego, examine el área utilizando los binoculares). La conjunción se podrá observar de inmediato. El mejor momento para verla es durante la noche del martes 3 de abril, cuando el brillante planeta se deslice hacia el sur del tazón del cucharón. Venus saldrá sobre la parte del asa del cucharón, el miércoles 4 de abril. El planeta pasa a través de las Pléyades de esta manera aproximadamente una vez cada 8 años.
Decir que esta es una mezcla de cosas incomparable sería una descripción insuficiente.
Las Pléyades son escurridizas. Raramente, se las puede hallar a propósito. Es posible verlas mejor con el rabillo del ojo; son una sorpresa de tamaño bastante pequeño, que surge desde el cielo nocturno cuando uno está mirando hacia cualquier otro lado.
Venus es exactamente el opuesto. Deslumbrante, lo suficientemente brilloso como para proyectar tenues sombras. Envía luz desde el cielo y nos atrapa cuando ni siquiera estamos observando.
Las Pléyades, también conocidas como las "Siete Hermanas", son un cúmulo de estrellas jóvenes. Se formaron hace apenas 100 millones de años, durante la época de los dinosaurios en la Tierra. Nacieron a partir de una nube de gas interestelar que colapsó. Las más grandes y más brillantes son de color azul y blanco y son aproximadamente cinco veces más anchas que nuestro propio Sol.
Debido a la distancia en que se encuentran (alrededor de 400 años luz de la Tierra), las Pléyades están cerca del límite de la visibilidad del ojo humano. Cuando Venus se una a ellas en la conjunción, se verá como si una supernova hubiera explotado en el cúmulo. Las espesas nubes de Venus reflejan tanta luz solar que el planeta eclipsa todo en el cielo nocturno, excepto a la Luna. Sin embargo, resulta extraño que las Pléyades no se vean endebles en comparación; simplemente resultan delicadamente hermosas.
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