A 18 mil millones de kilómetros (11 mil millones de millas) de distancia de la Tierra, la sonda espacial Voyager 1, de la NASA, ha entrado en una "carretera magnética" que conecta nuestro sistema solar con el espacio interestelar. Este podría ser uno de los últimos pasos de Voyager en su largo recorrido hacia las estrellas.
"A pesar de que la sonda Voyager 1 se encuentra aún en el entorno solar, ahora podemos saborear cómo es el exterior de dicho entorno debido a que las partículas entran y salen de esta carretera magnética", comenta Edward Stone, quien es un científico del proyecto Voyager, en el Instituto de Tecnología de California (California Institute of Technology o Caltech, en idioma inglés), el cual está ubicado en Pasadena. "Creemos que esta es la última etapa en nuestro camino hacia el espacio interestelar. Nuestra mejor estimación es que se encuentra desde solo unos meses hasta un par de años de distancia. La nueva región no es lo que esperábamos, pero hemos llegado a esperar lo inesperado de Voyager".
Los nuevos resultados fueron descriptos el 3 de diciembre en la reunión de la Unión de Geofísica Estadounidense (American Geophysical Union, en idioma inglés), que tuvo lugar en San Francisco.
La "carretera magnética" es un lugar ubicado en los lejanos confines del sistema solar, donde el campo magnético del Sol se conecta con el campo magnético del espacio interestelar. Esta conexión permite que las partículas cargadas del interior de la heliosfera (la burbuja magnética que rodea al Sol) se alejen y también permite que las partículas cargadas de afuera fluyan hacia adentro. Cuando la sonda Voyager 1 está en la carretera magnética, sensores de partículas colocados a bordo pueden tomar muestras de material directamente desde más allá de nuestro sistema solar.
Desde diciembre de 2004, cuando Voyager cruzó un punto en el espacio llamado frente de choque de terminación, la sonda ha estado explorando la capa externa de la heliosfera o "heliofunda". En los últimos años, la velocidad del viento solar alrededor de la sonda Voyager ha disminuido a cero y la intensidad del campo magnético se ha incrementado.
Datos proporcionados por la sonda revelaron que el campo magnético se tornaba más fuerte cada vez que Voyager ingresaba en la región de la carretera; sin embargo, la dirección de las líneas del campo magnético no cambió como los investigadores hubieran esperado si Voyager 1 hubiera ingresado verdaderamente en el espacio interestelar.De acuerdo con los datos de dos instrumentos colocados a bordo que miden partículas cargadas, Voyager 1 ingresó por primera vez en la carretera magnética el 28 de julio de 2012. La región se acercó y se alejó de Voyager varias veces. La nave espacial ingresó de nuevo en la región el 25 de agosto y el ambiente ha permanecido estable desde entonces.
"Estamos en una región magnética como ninguna otra en la que hayamos estado antes (aproximadamente 10 veces más intensa que antes del frente de choque de terminación), pero los datos del campo magnético no muestran indicios de que estemos en el espacio interestelar", comenta Leonard Burlaga, quien es miembro del equipo del magnetómetro de Voyager, en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA, ubicado en Greenbelt, Maryland.
Aparentemente, la salida de la sonda Voyager 1 del sistema solar está por venir. Pero la carretera magnética está dando una muestra de lo que le espera más adelante.
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