Según el Comité de la Academia de Investigación de Meteoritos, se trata de un meteorito común, de roca, que contiene un 8% de hierro. Por el momento no hay confirmación definitiva de que se trate de los restos del cuerpo celeste que sacudió la región rusa de los Urales el viernes pasado.
El 15 de febrero en la zona cayeron restos de un meteorito que se incendió al atravesar las capas bajas de la atmósfera. La onda expansiva causó daños en edificios de seis ciudades y provocó el corte de las comunicaciones telefónicas. La búsqueda de fragmentos del meteorito abarcó varias localidades, pero el principal punto fue el lago Chebarkul. Es ahí donde se halló un cráter que las autoridades presumieron se habría producido por la caída del cuerpo celeste, aunque posteriormente desmintieron esta información.
Sin embargo ahora los científicos han vuelto a la versión inicial. "La expedición recogió las piezas minúsculas que había en la nieve, 53 en total, y se las llevó para un análisis químico. Hemos detectado todos los minerales típicos de un meteorito -hierro, olivino y sulfito- y también la corteza de fusión", detalla Víktor Grojovski, uno de los miembros del Comité, según recoge la agencia rusa de noticias RIA Novosti.
Al mismo tiempo, Grojovski admite que los miembros de la expedición no pudieron acercarse al propio cráter, acordonado por la Policía. A pesar de esto, insiste en que para los expertos está claro que el mayor segmento del meteorito del pasado viernes está en el fondo del lago Chebarkul.
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