Rusia se propone para el año 2030 iniciar su propio programa de exploración de la Luna con un vuelo tripulado y la instalación de un laboratorio en la superficie del satélite natural de la Tierra.
Con algunas tecnologías modernas introducidas, será una nueva versión del ambicioso plan de la URSS, interrumpido en los años 1970, después de que la misión de la nave Apolo 11 evidenciara la primacía estadounidense en la carrera lunar.
En comparación con los proyectos existentes de EE.UU., un vuelo alrededor de la Luna “para nosotros sería una misión imposible en 2021”, admitió durante un foro innovador el subdirector de un centro de diseño del Instituto ruso TsNIIMash, Anatoli Malchenko. Sin embargo, hacia el 2030 el sector espacial ruso será capaz de preparar una misión tripulada.
Dicha expedición, aseguró, “no será un simple vuelo, sino una misión de trabajo para poner a prueba los equipos que se instalarán posteriormente en la Luna”. Paso seguido, Rusia lanzará un laboratorio que, una vez haya alunizado, se dedicará a la búsqueda del isótopo helio-5 y otras rocas potencialmente útiles en la superficie del satélite.
Además, el lado oscuro de la Luna puede considerarse un lugar perfecto para desplegar un observatorio astronómico. Esta instalación también formará parte del programa de exploración ruso, dijo Malchenko.
Los científicos suponen que la Luna cuenta con depósitos de hielo, que podrán descongelarse para obtener agua y producir a su vez oxígeno. Con este y otros materiales locales se podrá proyectar como meta una Luna habitable y habitada, sugiere el representante de la empresa rusa.
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